La Pedagogía Crítica como Fundamento para la Transformación Social en Venezuela: Del Capitalismo al Socialismo Por: Carlet Jose Martínez F. | Jueves, 02/08/2007 08:38 AM | Venezuela es un país Suramericano que históricamente ha adoptado un modelo de desarrollo capitalista. Desde principios del siglo XX, con el paulatino crecimiento de la industria petrolera, la población rural emigró a las ciudades, colocando al país en una situación de vulnerabilidad alimentaria y provocando en las zonas urbanas deterioro de la calidad de vida con el subsiguiente hacinamiento, inseguridad, incremento de la pobreza, aumento de la población excluida de los beneficios sociales (en particular los de educación, salud, y vivienda), explotación de los trabajadores, trabajo asalariado, y todo ello en sintonía con una acumulación de capital por parte de los dueños de los medios de producción, los cuales en Venezuela, no pasan de 20 familias.
Este modelo de desarrollo capitalista, en sus fases de (a) Sustitución de importaciones (años 60), (b) Desarrollista (años 70 y finales de los 80) y (c) Globalización neoliberal (finales de los 80 hasta ahora y que representa un nuevo intento de las naciones desarrolladas para imponer la ley del mercado a toda la humanidad), propició en el país una deuda social de grandes proporciones, al extremo de crear las condiciones para protestas sociales y rebeliones militares. Las protestas se iniciaron en Guarenas, la mañana del 27 de febrero de 1989, a causa de un desproporcionado aumento del precio del transporte en la ciudad de Caracas, servicio imprescindible para los habitantes de aquella ciudad que trabajan en la capital. Rápidamente se extendieron a Caracas y otras ciudades del país. Ya en la tarde, hubo problemas en casi todos los barrios de Caracas, los comercios cerraron y el transporte público colapsó.
La insurrección militar del 4 de febrero de 1992 forjó una gran expectativa popular que desembocó en el acceso al poder del comandante Hugo Chávez Frías en 1998.
A partir de 1999 con la aprobación, en Referendo, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela se inició una revolución política, social, económica y cultural en el país (la Revolución Bolivariana); centrada en un enfoque humanista que busca el desarrollo integral de la persona sobre la base de valores de solidaridad, cooperación, cambio de conciencia y que se materializa en nuevas formas de organización social. ¿Su propósito? (a) Saldar la deuda social con los desposeídos. (b) Distribuir la riqueza de manera equitativa. (c) Dignificar al ser humano. (d) Inculcar ideas (ideologizar) socialistas, en vez de capitalistas. (e) Incrementar la solidaridad y la cooperación no solo con el resto de los seres humanos; sino también con la naturaleza en general, porque protegiendo al planeta se protege a la especie humana.
Como ya se apuntó en el párrafo anterior es necesario asumir nuevas formas de organización económico/social tales como: (a) Empresas familiares. (b) Empresas comunitarias. (c) Empresas mutuales. (d) Cajas de ahorro y (e) Cooperativas. f) Núcleos de desarrollo Endógeno. Como estrategia para generar estas nuevas formas de organización se propone un modelo pedagógico critico que rechace las políticas educativas segadoras, privatizadoras y academicistas, propias del capitalismo y que adopte una concepción humanista, que se fundamente en valores tales como la solidaridad, democracia, equidad, responsabilidad, el esfuerzo propio; que cuente con un sólido movimiento auto-organizado de educadores y educadoras comprometido(a)s con el nuevo ideal social; donde las relaciones humanas se conciban de manera horizontal, con una perspectiva dialéctica entre lo pedagógico y lo social, vale decir con una creadora tensión entre la acción y la reflexión, entre el centro educativo y la comunidad, entre lo privado y lo colectivo….
La Pedagogía Crítica como Fundamento para la Transformación Social en Venezuela: Del Capitalismo al Socialismo
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Venezuela es un país Suramericano que históricamente ha adoptado un modelo de desarrollo capitalista. Desde principios del siglo XX, con el paulatino crecimiento de la industria petrolera, la población rural emigró a las ciudades, colocando al país en una situación de vulnerabilidad alimentaria y provocando en las zonas urbanas deterioro de la calidad de vida con el subsiguiente hacinamiento, inseguridad, incremento de la pobreza, aumento de la población excluida de los beneficios sociales (en particular los de educación, salud, y vivienda), explotación de los trabajadores, trabajo asalariado, y todo ello en sintonía con una acumulación de capital por parte de los dueños de los medios de producción, los cuales en Venezuela, no pasan de 20 familias.
Este modelo de desarrollo capitalista, en sus fases de (a) Sustitución de importaciones (años 60), (b) Desarrollista (años 70 y finales de los 80) y (c) Globalización neoliberal (finales de los 80 hasta ahora y que representa un nuevo intento de las naciones desarrolladas para imponer la ley del mercado a toda la humanidad), propició en el país una deuda social de grandes proporciones, al extremo de crear las condiciones para protestas sociales y rebeliones militares. Las protestas se iniciaron en Guarenas, la mañana del 27 de febrero de 1989, a causa de un desproporcionado aumento del precio del transporte en la ciudad de Caracas, servicio imprescindible para los habitantes de aquella ciudad que trabajan en la capital. Rápidamente se extendieron a Caracas y otras ciudades del país. Ya en la tarde, hubo problemas en casi todos los barrios de Caracas, los comercios cerraron y el transporte público colapsó.
La insurrección militar del 4 de febrero de 1992 forjó una gran expectativa popular que desembocó en el acceso al poder del comandante Hugo Chávez Frías en 1998.
A partir de 1999 con la aprobación, en Referendo, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela se inició una revolución política, social, económica y cultural en el país (la Revolución Bolivariana); centrada en un enfoque humanista que busca el desarrollo integral de la persona sobre la base de valores de solidaridad, cooperación, cambio de conciencia y que se materializa en nuevas formas de organización social. ¿Su propósito? (a) Saldar la deuda social con los desposeídos. (b) Distribuir la riqueza de manera equitativa. (c) Dignificar al ser humano. (d) Inculcar ideas (ideologizar) socialistas, en vez de capitalistas. (e) Incrementar la solidaridad y la cooperación no solo con el resto de los seres humanos; sino también con la naturaleza en general, porque protegiendo al planeta se protege a la especie humana.
Como ya se apuntó en el párrafo anterior es necesario asumir nuevas formas de organización económico/social tales como: (a) Empresas familiares. (b) Empresas comunitarias. (c) Empresas mutuales. (d) Cajas de ahorro y (e) Cooperativas. f) Núcleos de desarrollo Endógeno. Como estrategia para generar estas nuevas formas de organización se propone un modelo pedagógico critico que rechace las políticas educativas segadoras, privatizadoras y academicistas, propias del capitalismo y que adopte una concepción humanista, que se fundamente en valores tales como la solidaridad, democracia, equidad, responsabilidad, el esfuerzo propio; que cuente con un sólido movimiento auto-organizado de educadores y educadoras comprometido(a)s con el nuevo ideal social; donde las relaciones humanas se conciban de manera horizontal, con una perspectiva dialéctica entre lo pedagógico y lo social, vale decir con una creadora tensión entre la acción y la reflexión, entre el centro educativo y la comunidad, entre lo privado y lo colectivo….
Educando para la Paz
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