Por
Carlos Lanz Rodríguez - Abril de 2010.
INTRODUCCIÓN
En el objetivo histórico N°
5 del Plan de la Patria (2013-2019) se
describe su finalidad “CONTRIBUIR CON LA PRESERVACIÓN DE LA VIDA EN EL PLANETA
Y LA SALVACIÓN DE LA ESPECIE HUMANA”, formulando la siguiente propuesta
ecológica y socialista:
“..
la República Bolivariana de Venezuela, de acuerdo con los principios éticos del
socialismo, alza la bandera de una lucha necesaria para adoptar, en el ámbito
nacional y en el ámbito global, un esfuerzo por cambiar el modelo de
desarrollo depredador que el capitalismo le ha impuesto al mundo…”
Este nuevo modelo alternativo de desarrollo socialista
requiere un rol protagónico de hombres y mujeres con los nuevos valores del
vivir bien que apoyen una economía ecológica y socialmente sustentable.
Esto solo será posible desde el socialismo como única
alternativa al modelo depredador capitalista
que ya ha fracasado…
“Nuestro país luchará en aquellos temas sensibles en
materia ambiental en todos los ámbitos (nacional, regional y multilateral) con especial
énfasis en la lucha contra el cambio climático, la transformación de los
modelos de producción y de consumo insostenibles y la defensa de un nuevo
modelo de desarrollo social, ecológico y socialista, como la única
alternativa planetaria para garantizar la vida.
En estos
párrafos encontramos las claves del desarrollo sustentable ecológicamente y
socialmente:
n Cambiar
el modelo de desarrollo capitalista depredador.
n Apoyar la
economía ecológica y socialmente sustentable
n Transformar
los modelos de producción y de consumo insostenible
n Defender
un nuevo modelo de desarrollo social, ecológico y socialista
Cumplir con tales objetivos
implica librar una ardua batalla teórico-ideológica, que permita responder dos escollos que han estado
presentes en las luchas de liberación:
A.- La separación de
la lucha de los trabajadores de sus implicaciones ecológicas.
B.- El aislamiento de los
enfoques ambientalistas separados de los combates de clase.
Hay que partir del
balance teórico e histórico donde se reconoce que para cierto tipo de marxismo economicista y
determinista existe primacía del
desarrollo de las fuerzas productivas sobre las relaciones de producción, en
consecuencia, la agenda ecológica no
existe.
Al mismo tiempo,
existen criterios ecológicos donde no
hay explotación del trabajo ni intereses de clases, étnico o de género, que
puedan incidir en la problemática ambiental.
Del mismo modo, hay
enfoques que establecen un nexo entre la explotación del trabajo y la
expoliación de la naturaleza, englobando tal perspectiva en el ECOSOCIALISMO.
En esta última
perspectiva se inscribe el lema enarbolado en las movilizaciones realizadas en
el año 2009 en Seattle contra la OMC : CAMBIEMOS EL SISTEMA, NO EL CLIMA.
En tal sentido, resolver los problemas ambientales y climáticos está
asociado a la supresión a la lógica del capital, la como la planteo el
Cmdt. Chávez en la presentación del Plan
de la Patria. Reconociendo la importancia
de este debate, es oportuno realizar una revisión de algunas premisas de la
crítica de la economía de factura marxista, las cuales se convierten en cánones
de interpretación que permiten superar cierto reduccionismo ambientalista,
articulando el combate del cambio climático
al cambio del sistema.
I.- LA LOGICA DEL
CAPITAL Y LA EXPOLIACIÓN DE LA NATURALEZA (*)
Para Carlos Marx el régimen de producción capitalista posee como
objetivo básico la VALORIZACIÓN la cual se define como el proceso donde el capital
subsume formal y realmente el trabajo. Esta supremacía de la valorización sobre
el trabajo vivo en el proceso inmediato
de producción, es conceptuado de diversas formas: succión de plusvalía ( trabajo
no pagado ) obtención de plustrabajo,
expoliación del trabajo excedente apropiado privadamente.
Para
la crítica de la economía política marxista, la ganancia, no surge del esfuerzo, del
ahorro, el riesgo o ingenio empresarial como sostienen los lugares comunes
divulgado por los agentes ideológicos del capital, sino de la apropiación
del trabajo excedente .
La subsunción formal y real del trabajo en el proceso de valorización le
permite al capital no solo succionar plus-trabajo o trabajo excedente en la fábrica, sino que en el actual momento
histórico ha generalizado y profundizado otras subsunciones en el conjunto de la
sociedad:
1.-Subsunción del saber en la medida que expropia y tutela el
conocimiento de los trabajadores.
2.- Subsunción de comportamientos disciplinarios que se interiorizan a
través de normas impuesta por el sentido común y la tradición, concretada por
ejemplos en las “prácticas operativas “ que aparecen como técnicas productivas
que nadie pone en discusión.
3.- Subsunción afectiva, imponiendo estados emocionales: alegría, rabia.
4.-Subsunción del hábitat y el medio ambiente, donde la depredación de
los recursos naturales forma parte de la valorización del capital.
5.- Subsunción de las necesidades, imposición de gustos y patrones de
consumo
De esta manera, el capital como relación social global, dirige y domina
al trabajo, le impone su lógica. Por esto, la propuesta anti-capitalista pasa por asumir también una
respuesta global a las anteriores subsunciones.
En nuestra perspectiva de análisis existen nexos entre la teoría del valor como
explicación de la explotación capitalista del trabajo y la explotación de la
naturaleza ( a la subsunción del trabajo le es correlativa la subsunción de la
naturaleza ) lo que coloca las cosas en su sitio:
No es posible resolver la problemática del cambio climático si no
se cambia el régimen de producción. Si esta premisa la vinculamos a
la crisis alimentaria, podemos también señalar “a la mercantilización del trabajo le es correlativa la
mercantilización de los alimentos”.
La lógica expoliadora
que subyace en la valorización del capital (hay que recordar la diversidades
de subsunciones) puede enmarcarse en dos ejes de degradación de la naturaleza:
1.- Destruye y despilfarra como
“materia prima” todo tipo de recursos, renovables y no renovables, donde se
incluyen los ríos, mares, bosques, flora y fauna, incluida la biodiversidad.
2.- Por otro lado, contamina el
ambiente: incremento de desechos tóxicos, desertificación, gases de
invernadero, recalentamiento del planeta.
II.-CRISIS ORGÁNICA DEL CAPITAL Y EL AGRO-NEGOCIO: EL CIRCULO PERVERSO
Hoy
por hoy se ha reconocido que la crisis
alimentaria es de carácter global, y
como siempre, diversos organismos que asumen las experticias y las vocerías
calificadas del asunto, comienzan a disfrazar la problemática o desviar la
atención hacia factores que permiten evadir las responsabilidades con medias
verdades .En tal sentido, encontramos organismos como la FAO, quien en la
Conferencia Mundial de Roma de 2008, reconoce la crisis alimentaria, pero le da
un marco explicativo a partir de los siguientes factores: Impacto del cambio
climático, Emergencia de los agro-combustibles Incremento de la capacidad de
consumo en India y China, pero para nada denuncia la lógica del capital, la
existencia del agro-negocio y los carteles que monopolizan la producción y
distribución de alimentos en el mundo.
Aquí
cobra toda su relevancia el marco explicativo que esbozamos con anterioridad,
relacionando el proceso
valorización-acumulación capitalista con el negocio especulativo de los commoditie
agrícolas.
La
explosión de la burbuja hipotecaria-financiera y la quiebra subsecuente de
muchas entidades condujo a que el mismo capital especulativo buscara refugio en
los commoditie agrícolas, lo que ha conducido a la escasez y alza en los precios
de los alimentos por las maniobras de los carteles del agro-negocio quienes
controlan el circuito agro-alimentario ( producción, procesamiento distribución
y consumo ).
Por
esto, el alza de los precios de los alimentos y su escasez relativa está
íntimamente relacionado con:
*
El papel de los fondos especulativos que migran del sector financiero a los
activos reales, específicamente bienes agrícolas.
*
El control y manejo de la bolsa agrícola.
*
Las compras a futuro, donde la cosecha del actual ciclo ya a nivel de papel
está monopolizada por los carteles de los agronegocios.
*
Este proceso conduce a la quiebra de miles de pequeños productores y arruina la
agricultura campesina, generalizándose la hambruna.
Al
lado del impacto social devastador hay que agregar la destrucción de la
naturaleza, la ruina de suelos, agua, aire. Aparece en estas líneas el nexo entre la valorización – acumulación
del capital y su impacto ecológico, ya que al lado de la especulación con los
alimentos está el deterioro ambiental, al agostamiento y contaminación del
suelo, la emisión de gases de invernaderos, lo que ha conducido a cambios
climáticos que ha arruinado también la producción agrícola en el mundo.
En
tal sentido, la crisis alimentaria global está asociada tanto a la valorización
del capital como al déficit ecológico.
III.- EL AGRONEGOCIO Y SU IMPACTO
EN LA AGRICULTURA QUE HEMOS HEREDADO
La valorización
del capital, la búsqueda de la máxima ganancia en el agro-negocio ha conducido
históricamente a un deterioro progresivo del campo, la cual forma parte de la
herencia que nos dejo la
IV República en la agricultura de Venezuela:
- Semillas con problemas de calidad y de
adaptación a las condiciones del suelo y a la adversidad del clima.
- Fallas en el control de insectos y enfermedades
- Inexistencia de sistemas de riego adecuado.
- Alta erosión y pérdida de fertilidad del
suelo.
- Limitaciones en la transferencia, adaptación e
innovación tecnológica.
- Monocultivo e importación indiscriminada.
- Aplicación de tecnologías inadecuadas, abuso
en el empleo de agro-químicos que dañan el ambiente.
- Monopolio de las aguas y concentración de la
propiedad en los suelos más fértiles y productivos.
- Roscas en los canales de procesamiento y
comercialización de la producción agrícola.
- Alto nivel de desocupación y pobreza crítica.
- Envilecimiento de los precios. Los pequeños
productores o conuqueros venden muy barato a los diversos Intermediarios,
pero al final de la cadena de intermediación el valor de los productos
agrícolas resultan caros.
Resolver los
anteriores cuellos de botellas o insuficiencias estructurales que heredamos de
la IV República, implica promover otro enfoque sobre desarrollo agrario
sustentable en una perspectiva no capitalista, obliga a impulsar otra política
en el campo, tal como está esbozado
en el Plan de la Patria reseñado en la
presentación:
n Cambiar
el modelo de desarrollo capitalista depredador.
n Apoyar la
economía ecológica y socialmente sustentable
n Transformar
los modelos de producción y de consumo insostenible
n Defender
un nuevo modelo de desarrollo social, ecológico y socialista.
Este enfoque inscrito en el ecosocialismo, posee las siguientes
implicaciones ideológicas:
- Confrontación con las relaciones de producción
capitalistas: apropiación privada del excedente, relaciones mercantiles,
división social del trabajo.
- Superación del agronegocio que convierte los
alimentos en mercancías. En el socialismo hay que producir bajo la tutela de los
valores de uso y no de los valores de cambio, producir para satisfacer
necesidades colectivas y no para lucrarse a costilla del hambre de los
demás.
IV.-LA AGROECOLOGIA POLÍTICA COMO SUPERACIÓN DEL AGRO-NEGOCIO
En el marco de la
anterior concepción ecosocialista, se
hace congruente impulsar la agroecología
política que vincula la “armonía y el equilibrio con la
naturaleza” a las relaciones de producción, a la correlación de fuerzas
entre actores oponentes, a los contextos socio-históricos específicos y a
determinados valores culturales, donde se incluye el gusto y la gastronomía.
Queremos indicar con ello que los principios agroecológicos no están al
margen de la producción, distribución y consumo de los bienes alimentarios.
De la misma forma no están separados de determinados conflictos entre sujetos
sociales que pugnan por el reparto de esos bienes ( clases sociales, naciones,
etnias, géneros ). Y finalmente, tal conflicto de interés no está
desterritorializados, sino que ocurre en un lugar, en un determinado contexto:
zonas templadas, trópico, valles, cordilleras, costa.
Con todo esto queremos
enfatizar que en nuestra sociedad, los “ecosistemas” están condicionados no solo por
aspectos “naturales”, sino que en el régimen de producción capitalista la
valorización o extorsión del trabajo, la acumulación y reproducción del capital,
definen la relación con la naturaleza.
Por ello, la lógica de la
ganancia capitalista determina las prioridades de la inversión y producción en el campo . Por ejemplo, si la
tasa de ganancia es más baja en la agricultura que en la intermediación bancaria,
el flujo, de capital se dirigirá a aprovecharse de la tasa de interés. Igual
ocurre con los rubros banderas, las técnicas y la aplicación de la ciencia, la
imposición de determinados patrones de consumo.
Para la lógica del capital poco
importa la preservación del ambiente o la salud pública. Esta precisión
teórico-ideológica nos debe permitir conjurar los peligros del dogmatismo y del
reduccionismo, sea de tipo ecologista o cientista como la asume la tecnocracia
en el campo. En este caso, planteamos
vincular los cambios en las relaciones de producción capitalista con las
transformaciones de la agricultura agro-tóxica aplicando principios
agroecológicos en el marco del desarrollo endógeno y sustentable, como soporte
teórico-práctico de la soberanía alimentaria:
a.- Recuperación y
preservación de la biodiversidad.
b.- Manejo
integral de suelo y agua.
c.- Recuperación
de variedad de semillas autóctonas y construcción de semilleros comunitarios.
d.- Empleo de
abonos orgánicos y biofertilizantes.
e.- Reciclaje de
nutrientes.
f.- Manejo
ecológico de insectos y enfermedades.
g.- Asociación y
rotación de cultivos.
V.-EL PROGRAMA “TODAS LAS MANOS A LA SIEMBRA” (PTMS) EN EL ECOSOCIALISMO
El
conjunto de razones que hemos esbozado anteriormente, definen la perspectiva
estratégica donde inscribimos el PTMS, por lo que hemos sostenido que no sólo se trata de
sembrar unos determinados rubros, sino también sembrar valores, sembrar un
nuevo modo de vida, que no sólo aspira a la armonía entre los seres humanos
sino igualmente con la naturaleza. En esa perspectiva se inscriben los
siguientes lineamientos:
1.-
Asumir con toda su carga ideológica y técnico-productiva, la concepción en
torno a una ALIMENTACIÓN SANA, SEGURA, SOBERANA Y SABROSA.
2.-
Impulsar la producción de bienes alimenticios bajo la perspectiva de los
valores de uso y no como mercancía.
3.-
Promover el cambio en los hábitos alimenticios y en los patrones de consumo,
tomando en cuenta la experiencia previa del MENU BOLIVARIANO propuesto a raíz
del paro petrolero del 2002 donde se sustituyeron más de 30 productos asociados
a la dieta diaria. Coordinación con el INN y el MPPC para enfrentar la
enajenación consumista y la comida chatarra, desarrollando propuestas de
CONSUMO ALTERNATIVO. Esta situación queda patentizada en los actuales patrones
alimenticios que concentran los requerimientos nutricionales y energéticos en
harinas precocidas de maíz, pasta, azucar,etc. Aquí no sólo se trata de un
problema de salud pública, sino también de una demanda que se combina con el
control monopólico de la producción en manos de los carteles del agronegocio.
4.-
Plantear la transformación curricular en todo el sistema educativo,
incorporando el enfoque agroecológico a los contenidos y prácticas pedagógicas,
esto va desde la educación inicial, básica, secundaria, universitaria, hasta
las diversas modalidades de educación popular donde se incluyen los Consejos
Comunales.
5.-
Incentivar la cultura de la siembra no sólo en función didáctico-pedagógica,
sino también productiva, dirigida inicialmente a la subsistencia en lo local y
en segundo término a la distribución de los excedentes, esto implica sembrar
todos los espacios disponibles, desde el cultivo en envases pequeños, unidades
productivas escolares y familiares, patios, conucos, parcelas demostrativas,
unidades de producción.
6.-Desarrollo
de iniciativas de “Ensemillamiento Nacional” a través de jornadas de trabajo
para recuperar, preservar y socializar semillas criollas o mejoradas en las
escuelas y hogares.
7.-
Fomentar la auto construcción de los agro-soportes del nuevo paradigma agrícola:
semilleros comunitarios, laboratorios de bioinsumos, sistema de riego adecuado,
galpones y centros de acopio.
8.-Empleo
de tecnología apropiada y apropiable en el proceso de transformación y de
agregación de valor a la producción agrícola, combinando los saberes
ancestrales y tradicionales con los adelantos científicos que se adapten al
enfoque.
9.-
Apoyo a los canales de distribución que permita enfrentar el “alimento
viajero”, la especulación y el acaparamiento, lo cual demanda la planificación
intersectorial y la constitución de redes productivas socialistas, que puedan
trabajar con cupos y pedidos. Aquí es clave la articulación con Mercal, el PAE,
casas de la alimentación, comedores universitarios y populares, Pdval.
(*)
Fragmentos del ensayo “Propuesta anti-capitalista y agroecología”
Abril de 2010.
Carlos Lanz Rodríguez
27 de Julio de 2013
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